miércoles, 29 de diciembre de 2010

Antinomías dialógicas del Yo.

¿El efecto o la causa? Mas siquiera tenerlas en hecho. Reglas aureas del puro entendimiento. ¿El Ser o la Nada? Quimeras ficticias, venturas infortunadas. Gritos y clamores de un fruto que arrastra, los pecados de una época basta.
¿Porque en verdad buscamos? ¿Qué se esconde tras nuestra ansia? ¡DIOS! No. ¡Dios, no!
Incognita ignotidad. Aquello de lo cual no tuvimos ni tendremos jamás noticia. Aquello de lo cual sabemos nada. Es aquello conocido como lo no dado. Pero en efecto, se nos da lo no dado como algo. Pues solo conocemos el efecto psicológico del no darse dandose como lo no dado.
¿ Acaso algo puede darse sin darse ello? No. Percibimos, mentamos, pero nunca nada nos es dado per se. La vacuidad del darse de lo no dado. ¿Nos preguntamos por la esencia de lo mismo? ¿Por nuestra representación? ¿Tenemos representación de lo no dado? No. Todo lo tenido, es lo dado. ¿Y porque mentamos lo no dado como contenido entonces? ¿Se nos da lo no dado como tal? No, pues entonces incurririamos en contradicción lógica. Pero... ¿y si la realidad que jamás hemos conocido, ni jamás conoceremos, esa escurridiza cosa en sí, no está pergueñada en forma lógica?
Especular entonces en como sea o no sea la realidad carece pues de todo sentido.

2 comentarios:

  1. (1) En una de estas cacerías Rodrigo Diaz de Vibar, ó el Cid Campeador alanceó un toro á caballo, siendo el primero que lo hizo entre los españoles, y que por lo mismo admiró mucho á los que le acompañaban.

    Primera cita a pie de página del libro.
    Entro en una nostalgia de más tizne que el postrero de sombreada módena.
    No puedes imaginarte la sensación del prólogo leer, y de concebir la mentalidad en un ápice de este escribiente. Lo veo entregándoselo a Godoy, el rey riendo, y Goya atrás, en la sombra.

    Si es que hasta para ser un tratado pseudocientífico hay que apasionarse, como diría alguien que hoy ha estirado la mano para coger los caramelos a sus hijos lanzados por las majestades, ¡MUERTE A LA CONTENCION! Y cierto sera siempre que el Cid fue el primer TORERO, porque así quedó escrito.
    Oh, Cid.

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  2. que el postrero vinagre de sombreada módena, mas sana nostalgia de tradición humana.

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