miércoles, 29 de diciembre de 2010

Antinomías dialógicas del Yo.

¿El efecto o la causa? Mas siquiera tenerlas en hecho. Reglas aureas del puro entendimiento. ¿El Ser o la Nada? Quimeras ficticias, venturas infortunadas. Gritos y clamores de un fruto que arrastra, los pecados de una época basta.
¿Porque en verdad buscamos? ¿Qué se esconde tras nuestra ansia? ¡DIOS! No. ¡Dios, no!
Incognita ignotidad. Aquello de lo cual no tuvimos ni tendremos jamás noticia. Aquello de lo cual sabemos nada. Es aquello conocido como lo no dado. Pero en efecto, se nos da lo no dado como algo. Pues solo conocemos el efecto psicológico del no darse dandose como lo no dado.
¿ Acaso algo puede darse sin darse ello? No. Percibimos, mentamos, pero nunca nada nos es dado per se. La vacuidad del darse de lo no dado. ¿Nos preguntamos por la esencia de lo mismo? ¿Por nuestra representación? ¿Tenemos representación de lo no dado? No. Todo lo tenido, es lo dado. ¿Y porque mentamos lo no dado como contenido entonces? ¿Se nos da lo no dado como tal? No, pues entonces incurririamos en contradicción lógica. Pero... ¿y si la realidad que jamás hemos conocido, ni jamás conoceremos, esa escurridiza cosa en sí, no está pergueñada en forma lógica?
Especular entonces en como sea o no sea la realidad carece pues de todo sentido.