sábado, 16 de abril de 2011

Elena

Silencio continuo
marisma infinita
verano marchito
esperanza sin día

Respiración dolida
sombrío cojeo
caricia incursiva
mortífero veneno

Batalla perdida
colosal jadeo
jenuflexión arrepentida
flagelo sangriento

Oración rogada
inmisericorde castigo
penitente súplica
llanto ininterrumpido

Brutal despedida
desolado vacío
verdad humana
falaz compromiso

¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” (Mc. 15, 34)



lunes, 11 de abril de 2011

Elena

Eras palabra de mis horas
infanta, niña que enloquece
cantabas violetas amapolas
amor viniste a adolecerme

Presencia, vacía pero hiriente
verano triste caracolas
recogíamos de la mano sonrientes
en sueño platónico, caducifolio

Grito mudo, pero Grito
rapto solo en las olas
soy Yo, gritando a tus ventanas
atareadas ahora por el Ruido.

Derma terciopelo
brisa, centelleo
oro Olímpico labrado
son tus rubios cabellos

Rosetones primavereos
de inescrutable ternura
dejaban caer tus besos
a mi trastornada figura

Tu abandono no es motivo
para que mi promesa venza
pues es y será eterna
como tu inato Ardillismo


Gracias por todo, Elena.