jueves, 24 de enero de 2013

Elena: El rapto de Perséfone

En singular esfuerzo me retuerzo contenido
herido que por nombre la esencia muestro y tienes
debes no olvidar que enfermo te amo y sufro
lejos de lo que solo oler presumo eres

Flores que por días cuentolas lloro 
rostro claro cabe amapolas verdes
desde que te fuiste aquí  mora oscuro
la peor de las miserias que imaginar pudieres
  
Egregio gesto de amor te oigo
 temo haber perdidote en los lares 
orilla de dolor por no llegarte bramo
cuando justo  Pedro fue a encontrarte

Sigo aquí en nuestro estarnos
donde el tiempo quiso no olvidarte
detuvo así su paso Cronos
y espero el día a que  volver despiertes

Donde sea Elena que me sepa solo
Primavera y Hera con amor te escriben
a ese foso muerto de negror celoso
donde por desgracia hoy que vivir tienes


PD: Lee el mito del rapto de Perséfone





lunes, 14 de enero de 2013

Elena



Que nuestras palabras sean hogar para locura
Y nuestras vidas solas océanos de amor
Refugio trágico para aquellas que procuran
Se no el día lánguido sino la noche más oscura

Abrigo de caricias fuímoslo, y con premura
Sin atender a la hora cabe el crepúsculo del sol
Consumimos arrebatados los detalles de ternura
Acometidos por la muerte de nuestro finito y tardo don

Escondidos de la aurora dormimos indecisos
Camino a la memoria de consagrar nuestra aventura
Donde fuimos con verdad la Primavera de un Nosotros
Cuyo sello todavía hoy Invierno Nos perdura

miércoles, 4 de enero de 2012

La llaga de la existencia corroe tempestuosa la calamitosa y nausabunda materia de la que la Forma no consigue desasirse. Purulenta e infecta hiede la purga con la que nuestra tara sintiente lo que es, refleja. Teorías especulares de la más fanática secta, la secta del pensamiento. Angustia de erial, pobreza de serse como lo que es uno y nada, nada de uno, nada de nada, conjunto vacío...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Elena

Confinado al ser de tu esencia. Como tuyo, no más que ando en cada de ellos, tus destellos, que hace tiempo eran míos porque como parte, colmaba éstos. Como perplejo somormujo me abandono al río que son tus ojos, viandantes. Me conduces, hacia muerte más que segura, pulida y límpida tragedia, me asesinas por tus poros, pues vas a pedir muerte a pena. Que soy tuyo Elena, que soy tuyo. Que la hora de la hora es la horca agorera.
Vendrán los tiempos donde el ser que tu guardabas se olvide y no haya pena. Pero por mi ser que en si mismo serea, juro a Dios que es lo más alto, conservarte he de deber hasta que mi último conato posea, y todo cuanto fuimos un Tu y un Yo, en la Morada del Olvido ya que guardar se tenga.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Rutas del Ser

Porque como todo tiene su tiempo, al final, has llegado cuando mas se te necesitaba. En la encrucijada filosófica por la verdad te presentas, gran maestro, como padre solícito. Este camino hubiese tenido que ser interrumpido en los propositos que en su inicio le dieron su naturaleza como tal, sino te hubieses desvelado. Has acudido en una hora de tiniebla con el mejor candil posible, la luz dialéctica del Espíritu bajo su forma dinámica e infinita.

De nuevo esta humanidad no puede sino rendir tributo a otra excelsa mente alemana.
A la memoria de G.W.F. Hegel

miércoles, 11 de mayo de 2011

Palabra

Palabra. ¿Que me has dado durante este tiempo?
Eres más tirana que mil posibles mundos de amargura. Con tu fusta severa, me acometes en pleno día, amable tarde u oscura noche.
Palabra. ¿Merecimos tu castigo?
Pues fue Dios, quien instituyó la Palabra. Nosotros sometidos, cargamos con tu peso sin el libre disponer del camino inescrutable , pensando en futuro o preterito imperfecto. Vil ramera, que nos vendes a un precio de gramática. ¿Siempre fue así? ¿Desde cuando te erigiste como exégeta dogmática?
Palabra. ¡Con cuanto odio maltratas! Si pudiera suspenderte, ahogandote en un silencio inerte.
Decides larga, ajenas marchas. Gobiernas mundos sin Derecho, derrumbas nuestra esencia facta.

martes, 3 de mayo de 2011

Purgón

Soñaría contigo, circunvalando las palabras. Transito taciturno, soy en el silencio, cuando a veces me despierto y descubro lo que llaman ser presente. Delirio, camino tranquilo y es somnoliencia tu oido en mi mente. Pero ¡cuanto te evoco y extraño!
Has muerto, tuve que enterrarte en fiesta. Todo el pueblo coreaba vida, mientras solo y triste te portaba como costalero abatido hacia tu temprano sepulcro. Recuerdo que mis lagrimas ahogaban los segundos, y las calles a plena luz del día, que por el mismo aluvión del llanto, desaparecían.
Comienzo de un llanto infinito, que tambien respira acallado con la mascara de la ironía.
Pedazos , en mil pedazos te recomponía sin tardar segundos en olvidarte de nuevo. ¿Qué podía hacer yo ahora? Los dos fuimos traicionados. Yo lloraba a una chica muerta, presa del pasado. ¡Elena! ¡Elena! ¡Elena! ¿Donde estas, Elena?
A lo lejos otra se reía, caminaba acompañada por orejudos burros pueblerinos que con sus rebuznos, gozaba distraida. Tenía la Materia de ti Elena (hoy sagrada Idea), pero jamás tu Forma. Tu Forma ahora solo era débil recuerdo de mi torpe memoria. Forma aurea de puro Amor. Ser ojo obediente para aprehender tu Belleza fue más que motivo de orgullo y gloria. ¡Oh tu, Elena! Yo te conservo en recuerdo con tus ejercicios de la Academia, Piscina o paternales horas de vuelta. No me importa ser solo el que sepa que guardabas un tesoro, el tesoro de tu esencia.
Triste trueque cometiste vendiendola, a cambio de besos muertos en tu piel sedosa, de la que luego tuviste que deshacerte por cometer el pecado contra tu honra.

Marchandose estaban ya, los burros con la chica tonta que perezosa los acariciaba cuando ellos molestamente, en ruido insoportable por rebuznos, sus patas movían.

La escena era dolorosa, ya estaba completamente solo. Lloraba amargamente la futura carencia de mi diosa. La que había sido principio y final de mi historia. La que gustaba definirla: Ardilla majestuosa. Comenzó a llover y el cielo tornó en negro, acomodando la escena a tan funesta hora. ¡Jamás sería Elena! Aquella feliz niña que por mi amor viviría sola, que pelearía con todos los que detentasen mi figura, la que tierna y dulce me abrazaría cuando adviniera el reino de las sombras. Ésa, ya no existía.

Fue entonces cuando iracundo me erguí bramando: ¡A LA IDEA ME CONSAGRO! Jamás vagarás sola por el reino de lo que no se nombra. Mi voto a ti es dado. A la que vivió antes de su muerte el 7 de marzo, noche de sabado traumática, purgón hiriente por aquel cabrón bastardo, a esa me declaro siervo, pues todavía vive en mi recuerdo, y aunque muerta se halle sin posibilidad de volver a la vida, jamás abandonaré su historia que tambien es la mía.
¡SEMPER FIDELIS!