lunes, 29 de noviembre de 2010

Elena H. Opus ignotum.

Seguro agujero de inmundo jaleo
carril de hediondas carroñas
Detenme al disparo del vetusto arcabuz
que frene mi espanto acedo, tan gris.

Confiero gruñiente en magma terreo
insuperable término agónico existencial
Corrigeme, si es equivÓco
pero tardas en venir

Desgrano la hora, en mil y un corpúsculos.
Todavía no estas aquí.
Cae la noche brusca
no hay espacio donde decir:
¿Por qué? ¿Qué hice para merecer un engaño así?

¿Acaso no tejí siendo ciego?
¿No tuviste suficiente jazmin?
!Acaso no transmuté en hidalgo sirviente
con el solo fin de procurarte
egregio Amor, carente de fin!

!Sediciosa Realidad, engañosa y truculenta¡
!No permitiré que de nuevo, solo y reo,
me desampares como aquella noche de Febrero
aun latente hoy en mí!

Mas, no niego, es más, Confieso:
Que te amo Elena, que te amo.
Pero cada vez que te encuentro
mi piel arrancas, mi Ser marchitas
y sin piedad me obligas , a ponerMe fin...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Jamás te irás. Es mi condena.

Muchas tardes, te recuerdo en mis vivencias. Mientras las impresiones otoñales se agolpan para impregnar mi memoria, resurges como una herida mal curada. Retornas punzante y dolorosa, no te habías marchado, siempre habías estado silenciosa, ahí conmigo. Pero con ocasión de algún tierno encuentro en la plaza del Teatro, cuando dos jovenes permaneciendo solo en cuerpo y sus espíritus ya lejanos arden fulgentes, es entonces cuando caes hiriente sobre mí. Me obligas a postrarme, rodillas en suelo me castiga tu voz solemne. Solemne porque he olvidado como en realidad me hablabas. Acallado, preso, mudo, bien amarrado me tienes. Mi cuello muerto lucha, pero el sello de mi Amor lo vence. Te jure hace años que nunca dejaría a mi alma rendirse. Un solo amor en vida, un solo amor hasta la muerte. ¡Cuan truncado se ha visto mi destino!¡Caprichosa la Fortuna, me condenó para asistir a tu nuevo enlace con varón de carne y sangre! Y es ahora solo y triste, es la hora en que me juzga tu sonrisa malevola, carente de piedad humana, rebosante en burlas, jueza arbitraria y zalamera.
Se colma mi visión de un llanto inminente. Nublase mi cordura, abriendo la puerta a un horror, que me es imposible arrostrar o hacer frente. La jauría de locuras, trasgos, bufones y serpientes han sido liberados. Los besos acalorados, incesantes, de esos dos incontinentes, en canal me abren asestando a mi ya caido andar un golpe que no puede, ni sanar, ni olvidar. ¡Calamidad ignominable! ¡Sufro al pensarte, la Angustia viene! ¡Y si te viese, y si te viese! Si solo pensarte en color escarlata, si aun solo tomando tus platos de deleite, oceanos en pugna se baten en mi mente. Y todo esto, es a causa de una Absurda mirada, en la calle tan retransitada, a esos dos jovenes ajenos al abismo que sobre mis pensares se cierne.
Persisto en mi sendero hacia el estudio diurno donde también se hallan gentes. Confieso que un temor me sobreviene, deseo sin duda que en mi estudio hoy no te encuentre, ni sola, ni acompañada. El daño es el mismo, la hoja de tu cuchillo penetra con la misma frialdad, si eres tu la que me mira o es también un barbudo apusesto joven, que tu sed de carne sacia.
He tenido suerte, porque alli no te encontrabas. Pero tranquila, que sin castigo no he quedado, porque ¡De nuevo dos se amaban! Digos más, ¡ muchachos florecientes asian las manos de sus risueñas mujeres! Esperaban todos que diese la hora, para poder compartir la noche, marcharse de aquel lugar, donde yo veía gente. Ellos solo acudían a estudiar, pues su vida no se agotaba en aquel frio lugar sin vida, lleno de lunes a viernes.

Ya no quedan baldosas que contar, se han terminado los momentos bajo el fresno, se ha secado el nogal...