Que
nuestras palabras sean hogar para locura
Y nuestras
vidas solas océanos de amor
Refugio
trágico para aquellas que procuran
Se
no el día lánguido sino la noche más oscura
Abrigo
de caricias fuímoslo, y con premura
Sin
atender a la hora cabe el crepúsculo del sol
Consumimos
arrebatados los detalles de ternura
Acometidos
por la muerte de nuestro finito y tardo don
Escondidos
de la aurora dormimos indecisos
Camino
a la memoria de consagrar nuestra aventura
Donde
fuimos con verdad la Primavera de un Nosotros
Cuyo
sello todavía hoy Invierno Nos perdura
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