domingo, 3 de octubre de 2010

Otoño olvidado en las Fuentes del Marqués

Tranquilo segundo de calma
refugio seguro a mis brazos
te injertaste eterna de amor
en sereno instante del alma

Sincero y puro resplandor
que cabalga a lomos del alba
denso y límpido azul cielo
construye el recuerdo del horror

Porque esa devoción fue
TEMOR Y TEMBLOR
de mi quebradizo espíritu de ardillón.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Primero el incendio, después, la "fusta" de su fuego, el temeroso y trémulo humo ahora, el calcinado olor luego; preparate a la salida de las nuevas especies.

    (Camarada, la ceniza, la ceniza... es el mejor fertilante.)

    ResponderEliminar
  3. Trago ceniza para ahogarme lento, en una agonía infinita, de desesperanza y de tormento. Porque así vivo en Elena, porque así jamás olvido, esas tardes de llanto y pena, esas tardes que tan lejos ahora quedan

    ResponderEliminar